Hoy
toca Raimundo en el cierre de fiesta.
Por eso están llenos de gitanas guapas
los bancos de hierro en los coches de choque
junto a la caseta, detrás de la carpa.
Nos encontraremos a las nueve y media.
Mirará como un niño subiendo a la noria.
Los chicos del barrio están quemando piedra.
Pero en la caseta de los populares
el vino es más caro y reluce la fruta.
La gomina en el pelo y las camisas de marca.
Cuatro camareros siguen en la lucha
donde nos despachan mojito cubano.
Y es tu corazón una montaña rusa.
Y el mío un par de botas sucias.
Es tu corazón una montaña rusa.
Bajando por tu blusa
se escribe esta canción.
Cantantes de orquesta que actúan en play-back.
Escopetas fallidas y televisores.
Bailarinas que nunca llegaron a estrellas.
Reinas de la rumba de las atracciones.
Piel de caramelo y dulce de manzana.
Cervezas sin alma y cartones de bingo.
La gente en las colas sólo se pregunta
¿ganará el Madrid contra el Barça el domingo?
Y es tu corazón una montaña rusa.
Y el mío un par de botas sucias.
Por eso están llenos de gitanas guapas
los bancos de hierro en los coches de choque
junto a la caseta, detrás de la carpa.
Nos encontraremos a las nueve y media.
Mirará como un niño subiendo a la noria.
Los chicos del barrio están quemando piedra.
Pero en la caseta de los populares
el vino es más caro y reluce la fruta.
La gomina en el pelo y las camisas de marca.
Cuatro camareros siguen en la lucha
donde nos despachan mojito cubano.
Y es tu corazón una montaña rusa.
Y el mío un par de botas sucias.
Es tu corazón una montaña rusa.
Bajando por tu blusa
se escribe esta canción.
Cantantes de orquesta que actúan en play-back.
Escopetas fallidas y televisores.
Bailarinas que nunca llegaron a estrellas.
Reinas de la rumba de las atracciones.
Piel de caramelo y dulce de manzana.
Cervezas sin alma y cartones de bingo.
La gente en las colas sólo se pregunta
¿ganará el Madrid contra el Barça el domingo?
Y es tu corazón una montaña rusa.
Y el mío un par de botas sucias.
Quique González